Technorati y el evangelio de San Mateo

“Porque al que tiene se le dará y tendrá de sobra, y al que no tiene se le quitará hasta lo que tiene”. Es un versículo del Evangelio de San Mateo (13, 1-23) que Technorati sigue al pie de la letra. Al que más (enlaces) tiene más se le dan y al que menos tiene, menos recibe. Y eso, gracias a Technorati, Google, etc.

Los blogs que más enlaces tienen y más arriba están actualmente, si crecen al mismo ritmo seguirán estando arriba. Los blogs a la cola seguirán estando a la cola, aunque su tasa de crecimiento (crecimiento de hiperenlaces entrantes, se entiende) sea la misma que la de los anteriores. Technorati santifica la autoridad establecida y al refuerza. Es un mecanismo razonable, pero creo que no suficiente. Debería haber algún tipo de medición de autoridad sincrónica, similar al que existe pero que tome en consideración la evolución temporal.

En los primeros estudios sobre sociología del conocimiento se acuñó el concepto de efecto San Mateo para referirse al fenómeno que se da en la ciencia de reforzamiento de la autoridad establecida. Los científicos más reputados, que más medios tienen, son los que continúan recibiendo más medios. Efecto San Mateo: quien más tiene, más recibe.

En la Blogosfera, apasionada por los ranking, las clasificacicones tiende a operar de forma similar. El ranking que Julio Alonso ha sacado, por ejemplo, deja fuera aquellos blogs no actualizados (con más de 180 días sin actualizar), es una decisión interesante, pero no toma en consideración la actividad de forma sincrónica.

Últimamente consulto de tanto en tanto mi posición en Technorati. Ando por el 21.000, unos 120 blogs me enlazan. Me siento un poco mezquino cuando contrasto mi puesto con otros blogs que conozco y pienso: “por encima de este”, “por debajo de aquel”, “qué lejos de esos otros”… Creo que hay mucha chicha en la proliferación de las clasificaciones.

Quizás a la mayoría de los bloggers no les interesan, pero hay otros bloggers a quienes sí les interesan los rankings, y estos suelen ser gente importante que hablan de la blogosfera y tienen una audiencia amplia, entre los blogs y más allá de ellos. Y las clasificaciones son sin duda una forma de acreditar su valía, su audiencia, su posición en la jerarquía, etc.

Normalmente, algo como lo escrito más arriba suele interpretarse como una crítica. A mi las clasificaciones no me parecen ni bien ni mal. Desde luego una clasificación nunca es neutra. Tiene efectos. Y eso es lo que me interesa: cómo se utilizan esas clasificaciones (para bien o para mal, para esto, lo otro, o lo de más allá).

Lo realmente fundamental de estas clasificaciones, sin embargo, no es que propongan una lista concreta en un momento determinado (fulanito en el número 1, menganito en el 2… zutanito en el 27,…) sino que instituyen un criterio para el orden y la jerarquía (una cuestión diferente es el valor que cada uno le dé). Estos rankings formulan, legitiman e instituyen un criterio para el orden: los hiperenlaces. No los lectores, ni el número de comentarios, ni lo interesante que resulta (si se pudiera medir) o lo crítico e inteligentes que son sus artículos (si se pudiera medir). Sino los hiperenlaces. Todo se reduce a los hiperenlaces.